domingo, 14 de diciembre de 2008

Se distribuyen 1´2 millones de New York Times falsos que anuncian el fin de la guerra de Irak y el procesamiento de George W. Bush

Sorprendente pero cierto. Era (casi) idéntico al original: el prestigioso The New York Times. El mismo formato, el mismo logo, la misma fuente... ¡un calco! Sólo que su titular de portada anunciaba el final de la guerra de Irak, y en su interior podían leerse noticias que informaban sobre el procesamiento de George W. Bush por alta traición o la creación de un nuevo modelo de "economía sana".

Se trata de una increíble edición especial de 1,2 millones de ejemplares falsos de The New York Times (con publicidad también falsa de petroleras y firmas armamentísticas en las que anunciaban sus buenos propósitos) que se distribuyó, para sopresa de sus lectores, en Nueva York, Los Angeles, San Francisco, Chicago, Philadelphia y Washington. Más de un millón de ejemplares donde, eso sí, el lema del diario no era el habitual de «Todas las noticias que merecen ser impresas», sino «Todas las noticias que deseamos imprimir»; y cuya fecha de publicación era el futuro 4 de julio del 2009.

Se trata de una edición promovida por organizaciones progresistas que nada tienen que ver con el diario, pero que han imitado a la perfección la tipografía del periódico impreso e incluso su página web. Un acto subversivo contra los medios que no tiene precedentes.Un portavoz del verdadero New York Times confirmó en seguida que se trataba de una edición falsa y se limitó a apuntar: «Estamos en el proceso de descubrir algo más al respecto».

Vamos, unos cracks los responsables de esta iniciativa. Una crítica increíble al Gobierno estadounidense, los medios de comunicación y la sociedad misma. Las copias se han llegado a vender en Ebay por 300$, y se dice que serán objetos de coleccionismo. Ahora lo único que cabe esperar es que Obama lo lea, y soñar con que se hagan realidad aunque sólo sea el 10% de las noticias que allí se publicaron... que tanta esperanza depositada en él no caiga (otra vez) en saco roto... ¡ups! Ya estoy yo soñando demasiado.

Todo tipo de noticias utópicas y esperanzadoras


En todo el periódico se pueden leer esperanzadoras noticias como que la guerra de Irak ha terminado y las tropas estadounidenses vuelven a casa, para dejar en manos de los cascos azules de la ONU las labores de mantenimiento de la paz y reconstrucción de ese país... ¡y de Afganistán! (tiene gracia si recordamos el próximo destino el ejército estadounidense, según ha anunciado del "bueno" de Obama). Otra de las informaciones de esta edición detalla el proceso de nacionalización de la mayor petrolera del mundo, ExxonMobil, entre otras, para crear con sus beneficios un fondo que financie iniciativas para estudiar y combatir el cambio climático.

En la sección de internacional también se habla del cierre de la prisión de Guantánamo y de otras instalaciones secretas de la CIA, así como de la celebración del fin de las hostilidades por parte de "dos millones de iraquíes exiliados y tres millones de refugiados internos, que empiezan a planificar su vuelta a casa". Además, el falso diario publica también las disculpas de la "ex secretaria de Estado" Condoleezza Rice por defender que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva sabiendo que era mentira, y se da la noticia de que George W. Bush afronta cargos por alta traición y falsificación documental para justificar la guerra.

En la sección de nacional, se habla de la creación de una seguridad social pública, de la implantación de un sistema impositivo más progresivo y de la abolición de los «lobbies» corporativos, al tiempo que se repasan los avances conseguidos en los ocho meses transcurridos desde que Barack Obama fue elegido presidente.

La sección de economía da cuenta de una nueva legislación que amplía a los accionistas las responsabilidades por los delitos cometidos por una compañía, de la creación de una ley por la que el precio de las cosas deberá reflejar su verdadero coste y del cierre de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

"Hay una cualidad importante de nuestra profesión, y es la de no considerarla como un medio para hacerse rico"

"Ay, amigos, si yo os contara. Empecé con toda la ilusión y bajo las más seductoras promesas". Así rezaba el e-mail que nos envió el otro día un amigo, un par de semanas después de recibir la noticia de que iba a firmar, en un periódico nacional importante, su primer contrato profesional como periodista. Y así terminaba, tras conocer, varios días después de haber empezado a trabajar en dicho diario, las condiciones económicas que le aseguraban: "Me están dando demasiadas ganas de mandar a tomar por culo al [nombre del periódico] y a toda su plana mayor. Aunque la verdad, hasta que no tenga un plan B me parece que me conformaré con estas condiciones similares a las de la cabaña del Tío Tom". Pero es que ya lo decía el gran Ryszard Kapuściński en su libro "Los cínicos no sirven para este oficio" (febrero de 2002): "Hay una tercera cualidad importante para nuestra profesión [de periodistas], y es la de no considerarla como un medio para hacerse rico..."

Y es que el gran reportero polaco (de quien ya he hablado aquí en alguna otra ocasión) lo tenía bastante claro: "Para hacerse rico ya hay otras profesiones que permiten ganar mucho más y más rápidamente. Al empezar, el periodismo no da muchos frutos. De hecho, casi todos los periodistas principiantes son gente pobre y durante bastantes años no gozan de una situación económica muy boyante. Se trata de una profesión con una precisa estructura feudal: se sube de nivel sólo con la edad y se requiere tiempo. Podemos encontrar muchos periodistas jóvenes llenos de frustraciones, porque trabajan mucho por un salario muy bajo, luego pierden su empleo y a lo mejor no consiguen encontrar otro".

Mi amigo, aunque lleva poco tiempo en la profesión, parece comenzar a intuir lo que va a tener que pasar si quiere seguir en ella. ¡Y os aseguro que le apasiona! Pero es difícil trabajar 10 o 12 horas diarias con toda esa pasión cuando... bueno, mejor que lo leáis vosotros: "Ah, amigos, si yo os contara. Empecé con toda la ilusión y bajo las más seductoras promesas. "Queremos un reportero de acción dedicado a los temas de local, te vamos a hacer un contrato, te daremos un ordenador portátil y un móvil para que transmitas desde la calle". Aquel día me acosté la mar de ilusionado, pensando en convertirme pronto en un innovador pionero del periodismo digital. Pero no tardaron las cosas en empezar a torcerse. El lunes bajé a la oficina de personal. Es un lugar poblado por mamporreros de la burocracia, que miran desde sus silllas al currito con la misma mirada con que miran los integrantes de un pelotón de fusilamiento. "A ver, chaval: me tienes que traer esto, esto y esto. Las condiciones son que vas a cobrar 950 euros brutos". "¿950 brutos?", pensé yo. Joder, pues tampoco es que esto sea jauja.Toda mi alegría inicial quedó transformada en abatimiento y ganas de mandar todo, la vocación incluida, a tomar por culo. Pero la puntilla me llegó ayer. Volvía a la redacción después de haberme pasado toda la mañana dando tumbos por la ciudad y pensando en el barro que me esperaba en Coslada, a donde debía desplazarme por la tarde, y pasé por esa desagradable oficina de la que os he hablado antes para entregarles todos los papeles necesarios para iniciar oficialmente mi misérrima condición de redactor con contrato. Se me cayó el alma a los pies y casi me brota el llanto, de verdad, no es ninguna exageración, cuando el chupatintas de turno me espetó: "Ah, oye que ayer nos equivocamos, que tú no vas a cobrar nocturnidad, con lo que vas a ganar al final unos 750 euros". 750 euros. Una cifra similar a los que ganaba cuando recién estrenados mis 18 años repartía materiales de construcción en una furgoneta e inferior notablemente a la que percibe cualquier empleado de hostelería. Esta es mi historia. Espero haber saciado vuestra curiosidad. Creedme que, al contrario que el de otros, el mío no es un caso envidiable. Os tendré informados respecto a mis decisiones en el futuro...".

¿Alguien da más? Seguro que sí...

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domingo, 7 de diciembre de 2008

¡Se acabó la burbuja inmobiliaria!

Aquí os dejo con un par de imágenes (...valen más que mil palabras) acerca de lo que Forges contaba en un artículo de El País, en mayo de 2006, que publiqué hace unos días, titulado: "La nómina de mi padre". Forges, un vez más, clavándola.


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jueves, 4 de diciembre de 2008

"La historia de las cosas"

Depués de la sencilla (y sería) explicación de la crisis finaciera de Leopoldo Abadía, aquí os dejo algó mucho mejor: "La historia de las cosas". Un curioso e interesantísimo vídeo que nos resume de una forma muy clara (y también bastante sería) las razones de por qué estamos como estamos... independientemente de la crisis. "Tenéis un mp3 como éste. Yo me obsesioné un poco con el mío. De hecho, me obsesioné un poco con todas mis cosas. ¿Alguna vez te preguntaste de donde vienen las cosas que compramos y a donde van cuando las tiramos?". Dura 20 minutos, pero creo que merece la pena... pasarán rápido.

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martes, 2 de diciembre de 2008

"Abstenerse extranjeros"


Cada vez más propietarios de pisos vetan explícitamente a los inmigrantes como futuros inquilinos de sus viviendas, y lo anuncian en internet con toda naturalidad. Un claro y preocupante caso de racismo que los colectivos de inmigrantes no han tardado en denunciar.

"Abstenerse extranjeros". Este requisito se ha convertido en una categoría más dentro del alquiler de viviendas. Es fácil encontrar, entre los portales de internet dedicados a esta actividad, los particulares que exigen como condición indispensable que los futuros inquilinos de sus viviendas sean españoles. Ni marroquíes, ni rumanos, ni peruanos, ni colombianos, ni ecuatorianos, ni senegaleses... sólo españoles.

Racismo explícito, sin máscaras ni maquillajes. Según los colectivos inmigrantes, este hecho atenta directamente contra uno de los derechos fundamentales del ser humano: el derecho a la vivienda. "Ha sido la gota que colma el vaso", comenta James Valencia, vicepresidente de la Federación Española de Inmigrantes, que representa a más de 100.000 de ellos.

Esta asociación, alarmada por lo que considera un "caso grave" de racismo explícito, está estudiando con su gabinete jurídico la posibilidad de poner una denuncia contra estos anuncios de internet, "con la esperanza de que entre a trámite -explica Valencia-. Se trata de un caso claro de acoso, no indirecto, sino directo, y queremos que la fiscalía tome cartas en el asunto, porque, si no lo hace, este tipo de discriminaciones se harán cada vez más habituales.

"Es como una bomba"
"Nunca habíamos visto un tipo de xenofobia tan explícita -comenta indignada Jenny de Torre, presidenta del Alto Comisionado de las Comunidades Negras en España-. Es algo muy grave, como una bomba a punto de estallar, ya que abre las puertas a otras formas de exclusión por raza, nacionalidad o etnia".

Esta colombiana nacionalizada española, que lleva ocho años en Madrid, recibió el aviso de un compañero que había visto un anuncio en el portal de internet segundamano.es, donde se vetaba a los inmigrantes, con total normalidad, como aspirantes a inquilinos de un piso en alquiler. "Es un caso muy grave -explica de la Torre- porque se publica de forma explícita en internet, donde accede todo el mundo. Muchos propietarios podrían imitarlo, y podría extenderse este nuevo fenómeno racista que acaba de aparecer en la Red".

Maquillando la xenofobia
"ABSTENERSE EXTRANJEROS", rezan algunos anuncios, en mayúsculas y destacando por encima de cualquier otra característica de la vivienda. Otros, como intentando maquillar la xenofobia con respeto, advierten en un tono más amable: "Abstenerse extranjeros, por favor". Pero este fenómeno, que aflora ahora como si nada, no es más que el último escalón de una forma de discriminación que se da hace años. Según James Valencia, en los colectivos de inmigrantes se recogen continuamente testimonios orales de rechazos, a la hora de alquilar una vivienda, por ser extranjero.

Desde que llegó a Madrid en 1995, el mismo lo ha sufrido en sus propias carnes en varias ocasiones. "Me han pedido un contrato fijo o un aval de un año en cuanto han notado mi acento -comenta-, cosas que ni un español tiene, y más teniendo en cuenta como está el mercado laboral aquí. Otras veces son los mismos vecinos los que le ponen pegas al propietario de un piso para que no se lo alquile a un extranjero".

Son formas de exclusión difíciles de demostrar ante la ley, pero que claramente van contra la Constitución, donde se habla de igualdad de trato a las personas sin importar su origen racial".

Ni para una ONG
Según el vicepresidente de la Federación Española de Inmigrantes, "mucha gente, cuando deja un piso a una inmobiliaria, advierte que no quiere extranjeros", algo que puede constatar José María Suárez, un asesor inmobiliario de la sierra noroeste de Madrid. "Recuerdo especialmente el caso de una ONG, Movimiento por la Paz, Desarme y Libertad, que vino para alquilar un chalet donde acoger a inmigrantes sin posibilidades de acceder a una vivienda. Tenían el aval bancario para toda la duración del contrato, cosa que no es muy habitual. Aún así, se lo negaron. No querían meter a mucha gente de fuera en la casa".

"Donde entran cuatro se meten a 40"
Otras veces ha sido más desagradable. "Otro día fui con María, una búlgara, a ver un piso. El dueño, que estaba en la casa con toda la familia, rechazó inmediatamente a la chica al ver que era de Europa del este". Al parecer, esgrimían argumentos como que "los extranjeros no duran mucho en los trabajos y dejan de pagar", "tienen contratos inestables", "hacen mucho ruido" o "donde entran cuatro meten a 40", "y todo eso lo decían sin importarles lo más mínimo que ella estuviera delante", comenta José María.

"Parece mentira que hoy en día se den estos fenómenos -denuncia de la Torre-, ahora que el principio de ciudadanía, el encuentro de civilizaciones y la interculturalidad están tan de moda. No es más que pura teoría".

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