Cada vez más propietarios de pisos vetan explícitamente a los inmigrantes como futuros inquilinos de sus viviendas, y lo anuncian en internet con toda naturalidad. Un claro y preocupante caso de racismo que los colectivos de inmigrantes no han tardado en denunciar.
"Abstenerse extranjeros". Este requisito se ha convertido en una categoría más dentro del alquiler de viviendas. Es fácil encontrar, entre los portales de internet dedicados a esta actividad, los particulares que exigen como condición indispensable que los futuros inquilinos de sus viviendas sean españoles. Ni marroquíes, ni rumanos, ni peruanos, ni colombianos, ni ecuatorianos, ni senegaleses... sólo españoles.
Racismo explícito, sin máscaras ni maquillajes. Según los colectivos inmigrantes, este hecho atenta directamente contra uno de los derechos fundamentales del ser humano: el derecho a la vivienda. "Ha sido la gota que colma el vaso", comenta James Valencia, vicepresidente de la Federación Española de Inmigrantes, que representa a más de 100.000 de ellos.
Esta asociación, alarmada por lo que considera un "caso grave" de racismo explícito, está estudiando con su gabinete jurídico la posibilidad de poner una denuncia contra estos anuncios de internet, "con la esperanza de que entre a trámite -explica Valencia-. Se trata de un caso claro de acoso, no indirecto, sino directo, y queremos que la fiscalía tome cartas en el asunto, porque, si no lo hace, este tipo de discriminaciones se harán cada vez más habituales.
"Es como una bomba"
"Nunca habíamos visto un tipo de xenofobia tan explícita -comenta indignada Jenny de Torre, presidenta del Alto Comisionado de las Comunidades Negras en España-. Es algo muy grave, como una bomba a punto de estallar, ya que abre las puertas a otras formas de exclusión por raza, nacionalidad o etnia".
Esta colombiana nacionalizada española, que lleva ocho años en Madrid, recibió el aviso de un compañero que había visto un anuncio en el portal de internet segundamano.es, donde se vetaba a los inmigrantes, con total normalidad, como aspirantes a inquilinos de un piso en alquiler. "Es un caso muy grave -explica de la Torre- porque se publica de forma explícita en internet, donde accede todo el mundo. Muchos propietarios podrían imitarlo, y podría extenderse este nuevo fenómeno racista que acaba de aparecer en la Red".
Maquillando la xenofobia
"ABSTENERSE EXTRANJEROS", rezan algunos anuncios, en mayúsculas y destacando por encima de cualquier otra característica de la vivienda. Otros, como intentando maquillar la xenofobia con respeto, advierten en un tono más amable: "Abstenerse extranjeros, por favor". Pero este fenómeno, que aflora ahora como si nada, no es más que el último escalón de una forma de discriminación que se da hace años. Según James Valencia, en los colectivos de inmigrantes se recogen continuamente testimonios orales de rechazos, a la hora de alquilar una vivienda, por ser extranjero.
Desde que llegó a Madrid en 1995, el mismo lo ha sufrido en sus propias carnes en varias ocasiones. "Me han pedido un contrato fijo o un aval de un año en cuanto han notado mi acento -comenta-, cosas que ni un español tiene, y más teniendo en cuenta como está el mercado laboral aquí. Otras veces son los mismos vecinos los que le ponen pegas al propietario de un piso para que no se lo alquile a un extranjero".
Son formas de exclusión difíciles de demostrar ante la ley, pero que claramente van contra la Constitución, donde se habla de igualdad de trato a las personas sin importar su origen racial".
Ni para una ONG
Según el vicepresidente de la Federación Española de Inmigrantes, "mucha gente, cuando deja un piso a una inmobiliaria, advierte que no quiere extranjeros", algo que puede constatar José María Suárez, un asesor inmobiliario de la sierra noroeste de Madrid. "Recuerdo especialmente el caso de una ONG, Movimiento por la Paz, Desarme y Libertad, que vino para alquilar un chalet donde acoger a inmigrantes sin posibilidades de acceder a una vivienda. Tenían el aval bancario para toda la duración del contrato, cosa que no es muy habitual. Aún así, se lo negaron. No querían meter a mucha gente de fuera en la casa".
"Donde entran cuatro se meten a 40"
Otras veces ha sido más desagradable. "Otro día fui con María, una búlgara, a ver un piso. El dueño, que estaba en la casa con toda la familia, rechazó inmediatamente a la chica al ver que era de Europa del este". Al parecer, esgrimían argumentos como que "los extranjeros no duran mucho en los trabajos y dejan de pagar", "tienen contratos inestables", "hacen mucho ruido" o "donde entran cuatro meten a 40", "y todo eso lo decían sin importarles lo más mínimo que ella estuviera delante", comenta José María.
"Parece mentira que hoy en día se den estos fenómenos -denuncia de la Torre-, ahora que el principio de ciudadanía, el encuentro de civilizaciones y la interculturalidad están tan de moda. No es más que pura teoría".
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