Por ABC.es
M.J. ÁLVAREZ. La crisis económica está apretando, sin prisa pero sin pausa, a las capas sociales más vulnerables de la región. Las necesidades y los pagos mensuales de las familias, a los que no pueden hacer frente, ha conducido a muchas de ellas a solicitar artículos que jamás hubieran imaginado, como prendas de vestir. Así lo indicó a ABC José Villena, voluntario de Cáritas, que lleva trece años al pie del cañón ayudando a los más desfavorecidos.
Desde que ha comenzado el curso han aumentado las peticiones de comida y vestimenta un 40% en la vicaría 8 de la diócesis de Cáritas Madrid, que agrupa a siete parroquias del arciprestazgo de San Rafael, situadas en el noroeste de la región.
La situación está resultando insólita y revela la acuciante necesidad y los importantes apuros por los que están atravesando muchos ciudadanos, explica Villena, coordinador de uno de los roperos más grandes que tiene Cáritas en la diócesis de Madrid.
Nada igual desde el siglo pasado
Las estrecheces están provocando también algo que no se producía, a buen seguro, desde tiempos remotos. Habría que retrotraer hasta el siglo pasado. En los sermones de las misas del primer domingo de cada mes, cuando se lleva a cabo la recaudación para la institución religiosa, los sacerdotes reclaman ayuda a sus feligreses para comida. Así lo afirma este voluntario de Cáritas. «En las parroquias siempre solía haber pequeñas cantidades de productos comestibles procedentes de la bolsa de alimentos o de donaciones de Cruz Roja para situaciones puntuales de extrema necesidad. Antes era suficiente; ahora, hay tanta demanda que el otro día, sin ir más lejos, desde mi parroquia, fuimos a un supermercado a comprar y llenamos hasta los topes cuatro carros. Al otro día no quedaba nada: se había repartido todo».
(Para leer la noticia completa pinche aquí)
M.J. ÁLVAREZ. La crisis económica está apretando, sin prisa pero sin pausa, a las capas sociales más vulnerables de la región. Las necesidades y los pagos mensuales de las familias, a los que no pueden hacer frente, ha conducido a muchas de ellas a solicitar artículos que jamás hubieran imaginado, como prendas de vestir. Así lo indicó a ABC José Villena, voluntario de Cáritas, que lleva trece años al pie del cañón ayudando a los más desfavorecidos.
Desde que ha comenzado el curso han aumentado las peticiones de comida y vestimenta un 40% en la vicaría 8 de la diócesis de Cáritas Madrid, que agrupa a siete parroquias del arciprestazgo de San Rafael, situadas en el noroeste de la región.
La situación está resultando insólita y revela la acuciante necesidad y los importantes apuros por los que están atravesando muchos ciudadanos, explica Villena, coordinador de uno de los roperos más grandes que tiene Cáritas en la diócesis de Madrid.
Nada igual desde el siglo pasado
Las estrecheces están provocando también algo que no se producía, a buen seguro, desde tiempos remotos. Habría que retrotraer hasta el siglo pasado. En los sermones de las misas del primer domingo de cada mes, cuando se lleva a cabo la recaudación para la institución religiosa, los sacerdotes reclaman ayuda a sus feligreses para comida. Así lo afirma este voluntario de Cáritas. «En las parroquias siempre solía haber pequeñas cantidades de productos comestibles procedentes de la bolsa de alimentos o de donaciones de Cruz Roja para situaciones puntuales de extrema necesidad. Antes era suficiente; ahora, hay tanta demanda que el otro día, sin ir más lejos, desde mi parroquia, fuimos a un supermercado a comprar y llenamos hasta los topes cuatro carros. Al otro día no quedaba nada: se había repartido todo».
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